Llega el final de curso, y con él finalizan muchos proyectos que me había propuesto.
Dentro de mí, siento un cúmulo de sensaciones que me hacen sentir, me hacen reír, me hacen llorar,...
Por mi cabeza pasan momentos que he vivido durante esta etapa de mi vida, dos años que han pasado volando y que me han enriquecido como persona, como amiga, pero sobre todo como maestra.
Días que en mi memoria quedarán por siempre grabados, compañeras que se han convertido en amigas, en confidentes, que me han ayudado a ser mejor y que me han enseñado a amar mi profesión.
Niños y niñas que han sido como mis hij@s durante 8 horas al día, que me han hecho sonreír en los malos momentos, que me han hecho sentir la ilusión de una niña, que me han enseñado a vivir el día a día a través de sus ojos, y eso es un tesoro que solo yo y mi corazón entendemos.
Niñ@s que han tocado mi corazón como unos ángeles y que me hacen sentir orgullo y tristeza. Orgullo por ver cómo han crecido, aprendido y madurado. Y tristeza por ver cómo tienen que despegarse y seguir volando.
Pero en mi corazón queda la esperanza, de que dentro de ellos siempre llevarán una semillita que un día planté con toda mi ilusión y que gracias a ella han podido germinar y convertirse en grandes personas.
GRACIAS A TODO@S LOS QUE HABÉIS FORMADO PARTE DE ESTE PROYECTO!!!
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